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¿Qué tarjeta gráfica comprar: NVIDIA o AMD? en 2019

A la hora de armar una pc, una de las desiciones más complicadas es elegir una tarjeta gráfica que se adapte a nuestras necesidades.
El sector de las tarjetas gráficas ha experimentado una renovación importante tras los últimos lanzamientos de NVIDIA y AMD, una renovación parcial que ha sido beneficiosa, ya que podemos encontrar nuevos modelos con una mejor relación precio-rendimiento.
Por ello en este video te voy a contar todo lo que necesitas saber hacerca de las tarjetas gráficas tanto de NVIDIA como de AMD, para que puedas elegir la que más te convenga dependiendo de tus necesidades.
Si queres saber más, quedate a ver este video hasta el final, sin más preambulos comenzamos.

Primero que nada, creo que es necesario aclarar un par de cosas.

Es cierto que el rendimiento de los juegos dependerá en gran medida de la tarjeta gráfica que utilicemos, pero no exclusivamente. Esto quiere decir que la experiencia de uso puede variar de forma notable en función de otros componentes, como el procesador y la memoria RAM.
Es decir, una GeForce RTX 2080 no rendirá al mismo nivel en un equipo formado por un procesador Ryzen 7 2700X con 16 GB de RAM que en un PC que utilice un FX 8350 y tenga 8 GB de RAM. En este último habrá un cuello de botella considerable, motivado principalmente, por el procesador, que impedirá a la tarjeta gráfica desplegar todo su potencial.

Lo que quiero decir con esto es que tenes que tener en cuenta el harware que ya posees, tenes que valorar factores como si tu fuente de poder cuenta con la potencia necesaria, si tenes los conectores necesarios, el espacio en tu gabinete para colocar la gráfica, que procesador va a acompañar a la misma y demás.

Antes de elegir una tarjeta gráfica tenes que tener claro que uso le vas a dar, es decir, pensar a qué clase de títulos quieres jugar.
Lo ideal tambien sería que plantearnos a qué resolución queremos jugar y qué cadencia de imágenes por segundo nos gustaría alcanzar de forma sostenida.

La tarjeta gráfica que elijamos va a condicionar la relación que existe entre estos dos parámetros, pero hay otro elemento de nuestra PC que los restringe de una manera aún más contundente: nuestro monitor. De poco nos sirve invertir nuestro dinero en, por ejemplo, una GeForce GTX 1070 si tenemos un monitor Full HD que trabaja con una tasa de refresco de 60 Hz. En estas condiciones la experiencia que nos ofrecerá esta tarjeta será muy similar a la de una GeForce GTX 1060, solo que esta última será ligeramente más económica.

Este ejemplo ilustra con bastante claridad la primera conclusión a la que podemos llegar: lo ideal, si nuestro presupuesto nos lo permite, es que elijamos una tarjeta gráfica que nos permita sacar el máximo partido a nuestro monitor. Y los dos parámetros de nuestra pantalla en los que nos interesa fijarnos son la resolución nativa de su panel y su tasa de refresco. Una tarjeta gráfica que sea capaz de arrojar una cadencia de imágenes sostenida equivalente a la tasa de refresco máxima del monitor cuando está trabajando a su resolución nativa será una buena opción.


Tu presupuesto es fundamental, ya que te dirá a qué podes aspirar y en qué niveles moverte. Si solo te alcanza para comprar una tarjeta gráfica que no te permite jugar en condiciones óptimas a la resolución que queres sería buena idea ahorrar un poco más y esperar a que puedas comprar un modelo superior.

Pero por sobre todo, olvida los prejuicios, ambas compañías comercializan tarjetas gráficas muy competitivas que sirven para jugar sin problemas. No te dejes llevar por la ideología de marca o podrías acabar limitándote de forma innecesaria.

Más alla de que tengamos claros estos puntos hay otra serie de claves que debemos valorar si queremos llevar a cabo una decisión totalmente acertada.
En este sentido entran en juego lo que conocemos como tarjetas gráficas con diseños de referencia, con diseños personalizados, y también los factores de forma. No siempre les damos la importancia que merecen, pero lo cierto es que pueden marcar una diferencia muy grande.

Y sé que seguramente te debes estar preguntando, Franco, que es un diseño de referencia, un diseño personalizado o un factor de forma?
Dejame explicartelo de forma sencilla.

Un diseño de referencia a grandes rasgos es el diseño base que ha dado el fabricante a una tarjeta gráfica concreta . Esto incluye tanto el PCB como el sistema de disipación, el de alimentación y ciertas especificaciones como las frecuencias de trabajo y cantidad de memoria gráfica, por ejemplo. Los ensambladores pueden adoptar directamente ese diseño de referencia en sus tarjetas gráficas para conseguir una integración sencilla y un precio de venta que, por lo general, resulta más económico.
Los diseños de referencia se han caracterizado siempre por ofrecer una calidad de construcción modesta y unas prestaciones inferiores a las que podemos encontrar en las tarjetas gráficas con diseños personalizados. Un ejemplo de tarjeta gráfica de referencia lo tenemos en la GTX 1080 Ti Founders Edition, cuyo rendimiento se ve afectado por el sistema de disipación tipo turbina que integra, ya que resulta menos efectivo que otros modelos con diseños personalizados que integran sistemas de disipación más potentes.
Con la llegada de la serie GeForce RTX 20 NVIDIA ha dado un importante salto a nivel de calidad en los diseños de referencia, llegando a un nivel que no tiene nada que envidiar a los diseños personalizados de los principales OEMs, y lo mismo ha ocurrido con la Radeon VII de AMD, que integra un sistema de disipación sobresaliente que es capaz de mantener bajo control las temperaturas de trabajo.
Los diseños de referencia suelen comercializarse a un precio más bajo, pero en general el ahorro que representan es mínimo y no merece la pena optar por ellos, salvo casos concretos como los que ya hemos indicado; la serie GeForce RTX 20 Founders Edition y la Radeon VII.

Un diseño personalizado, como su propio nombre lo indica, se caracteriza por introducir cambios sobre el diseño de referencia que presentó NVIDIA o AMD. Esos cambios pueden ser parciales, es decir, afectar a ciertos elementos de la tarjeta gráfica, o totales, lo que nos dejaría una tarjeta gráfica completamente personalizada.
Una tarjeta gráfica totalmente personalizada tendrá la misma GPU que su equivalente de referencia, y en la mayoría de los casos también la misma memoria gráfica, pero el resto de sus componentes serán completamente distintos.

Algunos de sus principales cambios pueden ser el sistema de disipación, el PCB, los conectores de alimentación, las salidas de imagen y conexiones, el overclock, la cantidad de memoria máxima y la placa metálica trasera.

Y además tenemos a los elementos estéticos, como la iluminación LED por ejemplo, y el software dedicado. Cada fabricante adopta un diseño y una decoración diferente para llamar la atención del usuario. Normalmente una tarjeta gráfica más vistosa suele implicar un mayor coste que, obviamente, no merece la pena.
En el caso del software hoy por hoy podemos encontrar herramientas universales, como MSI Afterburner, que permiten hacer overclock a cualquier tarjeta gráfica sin diferenciar por ensambladores, así que no debemos preocuparnos por este tema.

Entonces... merece la pena comprar una tarjeta gráfica personalizada?

Sí, sin duda. Las tarjetas gráficas personalizadas presentan una calidad de construcción y que, como mínimo, es ligeramente superior a la que encontramos en los modelos de referencia y cuentan con sistemas de disipación muy superiores.

Lo ideal es buscar un modelo con un diseño personalizado de calidad que sea económico, ya que si nos acercamos al precio del modelo superior estaremos haciendo una mala compra.

En cuanto a los factores de forma, las tarjetas gráficas pueden tener tamaños y formatos muy distintos. Por lo general los modelos de gama alta suelen ser muy voluminosos, pero las ensambladoras tienen libertad para alterar el formato original, siempre que no comprometa la integridad funcional de la tarjeta.
Así, podemos encontrar tarjetas gráficas que ocupen una, dos o tres ranuras de expansión, versiones con sistemas de refrigeración muy compactos, modelos en formato mini ITX y otros con una terminación de perfil bajo, ideales para equipos muy pequeños.
Debemos tener claro que hay tarjetas gráficas que no son viables en determinados formatos (por ejemplo una RTX 2080 de perfil bajo), y que al reducir el tamaño se limita la efectividad de los sistemas de refrigeración, así que hay que tener cuidado a la hora de elegir el formato de nuestra tarjeta gráfica, no solo porque de ello dependerá el espacio que ocupará en nuestro PC, sino también sus temperaturas de trabajo.

Ahora me pareció interesante hacer una pequeña comparación en cuanto a las arquitecturas de cada compañia.

Por parte de Nvidia tenemos la arquitectura Turing.

Su denominación en el mercado estará bajo el término de “RTX”. Toda tarjeta gráfica que lleve en su nombre RTX, será de tecnología Turing, y es la tecnología más novedosa de la marca y que nos ofrece las tarjetas gráficas de mayor rendimiento en la actualidad.

Si queremos jugar a lo último, en la mejor calidad, a la máxima resolución y con realidad virtual, necesitaremos una de ellas. La arquitectura Turing fabrica procesadores con transistores de 12 nm y optimizados para el Ray Tracing, o trazado de rayos en tiempo real, Realidad Virtual (VR) e Inteligencia Artificial. A nosotros nos interesan las dos primeras. El trazado de rayos en tiempo real significa que, en los juegos de próxima generación y últimos títulos, vamos a obtener una calidad gráfica superior a nada visto hasta ahora. Mayor realismo en las sombras, reflejos en agua y suelo, densidad de partículas adaptación dinámica, para proporcionar un resultado final lo más realista posible. Lo mismo se puede aplicar a la realidad virtual.
También tenemos a la arquitectura Pascal, esta es la arquitectura de la anterior generación de tarjetas gráficas de Nvidia. Aún a día de hoy son tarjetas gráficas muy buenas y situadas en gama baja, media y alta.
Las sabremos identificar fácilmente si en el modelo aparece la palabra “GTX” y cifras de 1000, por ejemplo 1050, 1060, 1070 y 1080. Funcionan también con todo tipo de juegos a resoluciones 1080p, 2K y 4K.

Para entenderlo un poco mejor, te recomiendo que veas la guia que hicimos sobre las tarjetas gráficas de NVIDIA ya que ahi lo explicamos más a detalle.

Pasando a las arquitecturas que posee AMD nos encontramos con Radeon Navi.

Esta es la tecnología más reciente de AMD, y la novedad que la compañía trae en estas tarjetas gráficas es su arquitectura, una en la que afirma haber rediseñado de forma completa la forma de manejar las instrucciones y el procesamiento de estas por parte de los núcleos gráficos. Su nombre es RDNA y son dos las características clave de cara al usuario: la primera, una mejora del IPC (operaciones por ciclo) del procesador gráfico de hasta el 25% respecto a la anterior generación, y la segunda, un aumento del rendimiento general por vatio de hasta el 50%. Una GPU RDNA debería de ofrecer un rendimiento de hasta un 44% superior a una idéntica, pero bajo GCN. Esto abre muchas puertas a AMD para crear tarjetas más potentes y eficientes.
Pero todavía tenemos grandes ausencias, como el trazado de rayos en tiempo real o una tecnología de aprendizaje profundo como DLSS en Nvidia. Aunque no dudamos que pronto habrá tarjetas de AMD con esta tecnología, aunque implementada de forma distinta a la de Nvidia.

También tenemos a Radeon Vega.
toda tarjeta gráfica que lleve en su nombre el apellido “VEGA” formará parte de esta tecnología. En este caso, el proceso de fabricación de transistores es de 14 nm. Esta tecnología no implementa Ray Tracing como Nvidia, pero tiene modelos que son interesantes para gama alta y media. De estas GPU debemos conocer las Unidades de cómputo, los Procesadores de Flujo y la frecuencia de éstos. Por supuesto, mientras más mejor también.
Actualmente la marca ha creado la primera tarjeta gráfica del mercado de arquitectura de 7 nm, llamada Radeon VII, que será el principio de la nueva gama del fabricante.
Estas tarjetas gráficas también tendrán buen rendimiento en VR y en juegos a resoluciones de 2K y 4K, y podremos jugar a las ultimas firmas disponibles en el mercado.

Además, tenemos a Polaris RX.

Esta es la anterior generación de tarjetas gráficas de AMD, aunque en la actualidad son muy utilizadas como componentes de gama media y baja principalmente. Son tarjetas gráficas con un buen rendimiento a resoluciones de 1080p y 2K a un precio realmente reducido.
Las distinguiremos rápidamente por el distintivo “RX” en su nombre, y siempre tendremos que poner atención a los fabricantes con modelos customizados como Asus, ya que los modelos de seria son bastante mediocres y con mala refrigeración.

Ahora mismo NVIDIA tiene las tarjetas gráficas más potentes del mercado, las RTX 2080 Super y RTX 2080 TI, así que si quieres lo mejor de lo mejor en términos de potencia bruta no hay duda, debes optar por los de verde. Sin embargo, en el nivel más bajo de la gama alta y en la gama media AMD tiene soluciones muy interesantes que ofrecen, en la mayoría de los casos, un valor precio-rendimiento superior al de las alternativas de NVIDIA.

Si nos centramos en la eficiencia energética y las temperaturas vemos que NVIDIA ofrece diseños más eficientes y equilibrados a pesar de que utiliza el proceso de fabricación de 12 nm, mientras que AMD ya saltó a los 7 nm. Esto tiene una explicación, y es que la compañía de Sunnyvale todavía no ha completado el salto definitivo a la arquitectura RDNA, algo que, esperamos, se produzca en 2020.

Pero entonces, cual elijo? Nvidia o AMD?
La realidad es que AMD y Nvidia son dos caras de la misma moneda, ninguna es mejor ni peor que la otra.
¿Entonces por qué una de las marcas está mejor vista que la otra si realmente no existe una diferencia palpable entre ellas?
Esta pregunta responde a la misma lógica que la respuesta a la siguiente pregunta: ¿por qué hay más gamers que prefieren la PS4 a la Xbox One si las dos son prácticamente iguales a nivel de potencia?
Y la respuesta es simple, es cuestión de preferencias personales y, en gran parte, puro marketing.
Como se podría observar en casi cualquier gran superficie comercial , almenos en la sección de informática, veremos a simple vista, que la mayoría de los equipos llevan la pegatina de Nvidia, no la de AMD.
Las compañías son conscientes de que los usuarios asocian la marca Nvidia a un mayor prestigio, a una gama más alta, y una mayor calidad, por lo que llevar el sello Nvidia es sinónimo de mayores ventas.
Esta cuestión también permite a Nvidia el poder ofrecer productos a un mayor precio que AMD, ya que es la que, en la opinión de muchas y muchos, lidera el mercado y pocas veces defrauda.
Esto se une al hecho de que, por norma general, las tarjetas Nvidia tienen un rendimiento más depurado, son más estables y consumen menos que sus homólogas de AMD.
Estas características le han servido bien, ya que Nvidia es la marca preferida, sobre todo, en los PCs gaming de gama alta, donde los usuarios exigen una potencia bestial.
 

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